La vida le cambió a Lorena Harp desde que comenzó a cocinar con el sol. Este no sólo se ha convertido en su mejor compañero, sino que hasta está enamorada de él. Harp aprendió que con el sol podía cocer verduras, cocinar carne y hacer pasteles sin necesidad de usar electricidad, leña, ni gas.
Harp se dio cuenta que podía enseñarle a miles de mujeres mexicanas su nuevo hallazgo y fue así como comenzó a visitar a los campesinos de su país para demostrarles que con el sol pueden preparar frijoles, calentar tortillas y cocinar elote.